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El Aguador.

Por:Gilberto Guerrero López.:

Mariposas lo acompañan
por las calles empedradas
de un Grullo multicolor
de tejados con enjaule
de carrizos y de otates
protegiendo del calor,
son los techos de la gente
que ya espera al aguador
…al aguador…al aguador …

Del camino del Colomo
Agua zarca de la noria
él nos trae hasta el hogar
al filtro de piedra porosa
…Es el agua de tomar.
En jarros de barro cocido
al andante o al viajero
el Grullense hospitalario
siempre tiene para dar.

Hoy mi Grullo ha cambiado
llegó la modernidad
y aunque sigue hospitalario
yo recuerdo con agrado
…al aguador
…al aguador
…al aguador.

SEGUNDO DEBATE PRESIDENCIAL: XÓCHITL MEJORÓ, CLAUDIA SEAFIRMÓ.


Por Pedro Vargas Avalos


Difícil posición es la de Gálvez Ruiz, quien ante el dilema de convencer
trabajadores para que le den su voto, y tener conformes a los patrones -que es a
quienes sirve-, porque los empresarios son sus reales representados, pero estos
no tienen ideas pro-obreristas: ella los defendió, precisando que aceptarían la
semana de 40 horas, -indudable ventaja del sector obrero- siempre que al
empresario se le den beneficios fiscales y seguridad. Y en cuanto a su
representatividad indígena, recibió rudo golpe, al señalarle Sheinbaum los
negocios que hizo cuando dirigió la oficina de pueblos originarios (con Fox) y su
actitud de avestruz en el caso de la comunidad de San Salvador Atenco, a la cual
se le pretendió despojar para hacer un aeropuerto: allí se vio la brutalidad
policiaca -tanto de agentes federales, como estatales y del municipio- y de cómo
las personas que luchan por sus derechos se vuelven blanco de tratos
degradantes favorecidos por el Estado, en tiempos del panista Vicente Fox, el cual
fracasó en hacer un aeropuerto para la ciudad de México.
Una frase que resultó de este encuentro fue el de la “priandilla inmobiliaria”,
expresión que suple el veto a mencionar el fraude inmobiliario panista, que el INE –
increíblemente- concedió a los prianistas.
Paradójica fue la aparición de “Alito” Moreno, el sombrío guía del partido
tricolor, al acometer con mensaje al término del debate, diciendo que su candidata
había vencido porque “tiene la visión, experiencia y capacidad para llevar a México
a un mejor futuro… es una mujer de valores, preparada, que conoce la realidad
del país”. En pocas palabras, según Alito, el desprestigiado dirigente del PRI
devaluado: “México ya decidió Xóchitl dominó el debate.” Lo cual refrendó la
hidalguense, al difundir que, en efecto, había ganado el combate verbal. Y por si
eso fuera poco, se sumaron los blanquiazules con su “Marquitito” Cortés al frente,
quien enfatizó que su triunfo fue contundente; y faltaba más, no podía evitar opinar

el “Chucho” Zambrano, quien con sus moribundas huestes perredistas afirmó que
su abanderada es siempre propositiva y estupenda (¿?).
Más conciso, Mario Delgado, el líder de los morenistas publicó que gracias
al apoyo ciudadano: “Con Claudia Sheinbaum ganamos el debate y este 2 de junio
ganaremos la presidencia de México.”
Marcelo Ebrard, excanciller exitoso pero fallido aspirante presidencial
guinda, comunicó al finalizar el jaleo: “Muy bien se vio Claudia Sheinbaum en el
debate, segura, domina los temas, resuelta sin caer en la provocación y sobre
todo, con claridad en lo que ha logrado y propone. Objetivamente fue la mejor, por
mucho, ganó el debate. Buena noticia para México.”
El expresidente (haiga sido como haiga sido) Calderón, agazapado en la
península ibérica, echó su cuarto a espadas y desde luego, semejante a
comentaristas del Reforma y conexos, vio “muy claro el triunfo de Xóchitl…” Tal
como lo anotó el reportero de Latin Us (Claudio Ochoa H.) quien evaluó a las
debatientes: Xóchitl, “se notó la influencia de los asesores”; Claudia: “se noto el
regaño del presidente”, porque ahora defendió múltiples veces los logros de la
Cuatro T.
Lo mejor que se registra para Xóchitl, fue la propuesta de exonerar de
impuestos a los salarios menores a 15 mil pesos mensuales, lo cual anunció como
irruptora propuesta. Lo peor, fue mostrarse como realmente es: llevar al terreno
del miedo -lo que no es propio-, el espacio de la economía y que como en varios
rubros, carece de diagnóstico para el problema de la seguridad. El debate lo tomó
a show y confesó ahora sí, ser candidata del PRI, del PAN y del PRD y no de la
ciudadanía, como buscó hacer creer. Es candidata de los factores fácticos –
partidos que la apoyan y aláteres-, de los capitalistas, de la derecha, de los
intelectuales orgánicos, etc. Reiteramos: a escasos días de concluir las campañas,
no se revela como candidata viable, es decir, que pudiera tener la fórmula para
encabezar el gobierno federal y superar la compleja problemática de dirigir a la
nación.
Las casas encuestadoras hicieron sus primeras mediciones estilo de salida,
y la proclive al prianismo, (Massive Caller) aseguró que Xóchitl había salido avante
con un 56%, en tanto que Sheinbaum alcanzó un 32.4 por ciento, y alejado, Jorge
Álvarez Máynez con 11.6%. En cambio, “La Jornada” difundió los resultados
respaldados por Demoscopia Digital, los cuales indican que Claudia logró un
sólido porcentaje del 70. 1, distanciado del resultado para la candidata del
prianismo quien consiguió 15.8%, seguida muy cercas por Máynez, quien alcanzó
un 14.1%. Y así se han sucedido las encuestas, las cuales con excepción de la
poco seria Massive Caller, le dan abismal ventaja a la morenista frente a Xóchitl.

Máynez, muy retrasado, sin embargo, ha crecido lo suficiente para los del
PRIANRD, después de satanizarlo, de acusarlo de esquirol de Morena, ahora en
llamado extremo, le piden se baje y apoye a Xóchitl.
Conclusión de ese comentado debate, es que cada candidata afirmó el
apoyo de sus seguidores: Ningún lopezobradorista fue convencido por Xóchitl, ni
Claudia habrá persuadido a los viscerales prianistas. La ventaja de Claudia es que
sus aprobantes, son en número suficiente para ganar una elección. El quid está en
los indecisos que se inclinen por una o por otra, y aquí va a contar Máynez, lo cual
achica la opción de Xóchitl, pues evidentemente el emecista en ese ámbito es
donde ha logrado avances.
Gálvez, había dicho que ahora si sería la del huipil, no la acartonada de los
asesores, y se presentó muy pendenciera, lanzó verdaderos ataques, como
disparos, y en tales balazos invirtió demasiado tiempo, y no hizo real
planteamiento de lo que haría si es presidenta. Claudia si dedicó sus turnos para
exponer propuestas de gobierno si triunfa, además de como ya dijimos, defendió
los avances y logros de la 4T.
A Xóchitl le vendieron la idea de que para recuperar el atraso que tiene,
ensuciara al presidente y agrediera, buscara lastimar la imagen de la candidata de
los morenistas. Empero, no ha podido, lavar la cara del PRIANRD. En cambio, en
5 años de gobierno de la 4t, esta ha ganado 23 entidades federativas, en tanto
que la oposición ni siquiera ha rehecho su deteriorada imagen.
Es previsible, que las dirigencias del PRIAN van a buscar chivos
expiatorios: ellos procuraron postular una imitación de quien fuera candidato
morenista -Amlo y ahora Claudia-, y así surgió Xóchitl, su virtual fracaso: por ello,
la potencial derrota del 2 de junio, se la van a achacar a ella.
Queda pendiente como se integrará el poder legislativo, y esta es una
batalla trascendental puesto que quien la gane, si además obtiene la presidencia,
tendrá la posibilidad de arrogarse excelentes bases para implementar con éxito
sus planes de gobierno.

MATRIMONIO A LA FUERZA

Por: Juan M. Negrete

El grueso de las militancias de cada uno de los partidos mencionados se está tragando este sapo, como se han tragado todas las amargas medicinas del pasado, derivado del hecho de que jamás han operado a su interior los modos democráticos de actuar. Esta viene a ser entonces una mancha más al tigre. No hablamos de novedad alguna. Tal vez ocurre despropósito similar en la coalición de los partidos en el gobierno (Morena, PT y Verde). Pero hoy no toca alzar la crítica a este flanco del espectro, sino al de enfrente.

¿Por qué les aplicaríamos la figura de matrimonio forzado y no el de conveniencia, por ejemplo, o cualquiera otro menos comprometedor? Hay que rastrear algunos de sus pasos históricos de fondo, para que nos ilustren sobre el desaguisado presente y que nos otorguen la razón. Para empezar, hay que establecer que, de acuerdo al registro público u oficial de los partidos vigentes en el país, el lugar primo le pertenece a las siglas del PAN. Como fue fundado en 1939, funge en tales registros como el partido más antiguo de nuestro espectro grillo, a nivel nacional.

¿Es más viejo que el PRI, entonces? No lo sería. Porque lo que es el esqueleto o la estructura central del PRI nos viene desde 1929, es decir una década antes de la aparición del PAN. Pero como no arrancó con la nomenclatura o las siglas de PRI, sino que las cambió dos veces en su trajín, antes de nominarse PRI, pues sus siglas últimas o actuales vienen siendo más nuevas o posteriores a las de PAN. Esto es intrascendente en realidad, pero hay que dar cuenta de ello, cuando se haya de hablar de sus orígenes.

El gobierno de Cárdenas montó una estructura republicana en el sexenio que le tocó manejar la política nacional, en la que se le dieron prioridad sobre todo a tres renglones. En el campo, se desmantelaron las haciendas y se les repartió la tierra a los labradores. En el mundo laboral, se armaron los sindicatos y se privilegió el resolver los litigios a favor de la clase trabajadora. Y en la cuestión de la soberanía del país, o sea en los recursos públicos que quedaban bajo la administración oficial, se implantó su explotación encauzada al beneficio de las masas, del pueblo mexicano como se dice ahora.

Uno de los actos más audaces de este tercer rubro vino a ser la famosa expropiación petrolera, medida de fuerza gubernamental tomada el año de 1938. Fue la gota que derramó el vaso de la paciencia de nuestra oligarquía. Decidió ésta alzar la voz y las manos para frenar la política revolucionaria y fundaron este instituto político, que, desde arranque fue denominado PAN. Ni estaban de acuerdo con la expropiación de los recursos naturales, para ponerlos abiertamente al servicio de las causas prioritarias de la población, ni aceptaban el reparto agrario o el crecimiento de las conquistas obreras.

Así nació el PAN y entró a la lisa política en contra de las directrices del gobierno estatuido. Casi una década después la denominación del partido oficial pasó a ser PRI. Fueron pues décadas enteras de confrontación de estos dos siglados. Con el del PRI, la población en general entendía las escuelas laicas y gratuitas, la vigencia y operatividad de los sindicatos, el servicio de las clínicas en todo el país y todo lo demás que ya conocemos.

Levantar las banderas azules, o del PAN, era lo mismo que pretender que volviéramos al porfiriato y algo más; que le abriéramos de nuevo las fronteras a los extranjeros, para que ricos forasteros se apoderasen de nuestros bienes nacionales. Es decir, la propuesta panista consistía simple y llanamente en mantener de rodillas a los trabajadores mexicanos y a sus familias. Los que imponían barreras y obstáculos a estas absurdas pretensiones eran los que promovían la llegada al poder al tinglado del PRI y lo sostenían en él.

Ocurrió lo impensable. Con los años, el PRI dobló las manitas. No es difícil presentar los procesos de traición en los que se acunó tal perversión. Desde 1982, con la llegada al poder ejecutivo de Miguel de la Madrid, los llamados en aquellos días tecnócratas le modificaron la plana al PRI y le implantaron la ideología del PAN. No borraron renglón alguno. Las directrices desde el poder ejecutivo obedecían al panismo. El PRI desapareció del escenario.

Pero vino Morena y retomó aquellos viejos principios traicionados. Nuestro gran público lo entendió con toda claridad y le dio su respaldo masivo. Es la razón de fondo por la que, en 2018, las proclamas de AMLO y su partido aparecieron en el escenario nacional con tanta pujanza y no han dejado de crecer. El espectro de la oposición, motejado ahora con toda claridad como PRIAN, no raja. Montó toda una baratija publicitaria, que es más pendenciera y alevosa que propositiva. No vemos que enarbole propuesta valiosa alguna, pero se mantienen en la lisa, así los veamos todos como un matrimonio forzado, como un connubio mal avenido; como si les hubieran casado los progenitores, poniéndoles a los dos una pistola a la espalda. Y ahí están. ¿Durarán juntos después de su desastre electoral que viene? Ya lo veremos.

FILOSOFANDO: DE NUESTRO LÍO PENSIONARIO

Por: Juan M. Negrete.

Para que le entendamos mejor al punto, habría que recordar que el desarreglo de nuestra economía vino a tirar al suelo todos los beneficios que se habían buscado y se habían establecido, cuando todavía ensayaba el régimen a beneficiar a los trabajadores. En los años ochenta, por mentar un caso, un general en retiro cobraba en nómina mensual su pensión de diez mil pesos, mientras que un capitán primero recibía de sueldo ya treinta mil del águila. ¿Cómo se había llegado a esta injusticia? Fácil: la cuota pensionaria era fija. En cambio, los salarios mensuales se habían disparado con la inflación.

Este ejemplo refleja una situación generalizada. Las percepciones de retiro simplemente fueron difuminándose, hasta desaparecer. Una solución vino a ser lo de la pensión dinámica, que consiste en que la percepción de retiro sea indexada al incremento salarial de los que siguen en activo. Hay que decir que esta medida se implantó tal cual reza su esquema en el sistema pensionario de la UdeG y aún se aplica. Esta medida ha resultado benéfica para nuestros jubilados, aunque no todo sea miel sobre hojuelas.

Otra de las medidas atentatorias contra el beneficio de los trabajadores en retiro fue el modelito de los famosos estímulos. En tiempo de Salinas de Gortari se inventó esta fórmula de percepción para los trabajadores. Dizque se trataba de ingresos extra para ‘estimular’ la productividad. Suena bien. El único defecto vino a ser que tales incrementos no se sumaban al monto básico salarial. No se convertía en un derecho. De manera que a la hora de la jubilación, las cifras de los estímulos no contaban para la suma de la percepción jubilatoria. Más claro ni el agua.

Es muy ilustrativa la carta de un embajador mexicano retirado, don Sergio J. Romero Cuevas, que aparece en el correo ilustrado del periódico La Jornada el día de hoy: De recibir en activo cerca de 95 mil pesos netos al mes, pasamos primero a estar pensionados con poco más de 5 mil y, en mi caso, después de 11 años de retiro, apenas 8 mil 350 mensuales.

El meollo del asunto con las pensiones en la UdeG no se toca con la claridad y la precisión con las que debiera hacerse, a pesar de tratarse de un asunto tan viejo y tan sensible. No tiene caso perderse en las discusiones que dimos en el pasado y que fueron hasta álgidas en muchos casos. Este derecho fundamental de todos los trabajadores, en nuestra máxima casa de estudios, fue manoseado como si se tratase de un manojo de hediondilla y así nos fue. Pero como que la gran masa laboral no lo percibió, o no lo captó, o aceptó el engaño sin chistar. Y ahí seguimos.

¿Cuál es esta gran injusticia que sigue vigente? Casi nada. Para decirlo con todas sus letras, la administración universitaria renunció a erogar, como parte patronal obligada a hacerlo, el dinero para este rubro. Pero como por ley se tiene que cubrir tal concepto, recurrió al modelo antiguo de la mutualidad, en el que los propios trabajadores depositaban en una polla común, una coperacha, para autojubilarse. Esto es lo que es el famoso fideicomiso, del que dijeron que iba a ser intocable y tampoco no lo fue, porque ya lo han saqueado.

En tal fondo, los trabajadores aportábamos el diez por ciento de nuestro salario. Aún ya jubilados, lo seguimos aportando. Claro, la administración dijo que también pondría una aportación equitativa, lo que convertiría en un modelo de los llamados peso por peso. El problema es dual. Primero que se trate de una mutualidad y no de una obligación pensionaria que cubra en su totalidad la parte patronal. Y la otra, que la desfalquen y hagan que no ajuste. Ahora nos salen con que es necesario aumentar la cuota, del diez al dieciocho por ciento de las aportaciones. Pareciera que a los trabajadores sigue sin caernos el veinte. ¿Será?